“HOY NO,
MAÑANA SI…
A PROPÓSITO
DEL DÍA DEL TRABAJO Y TRABAJADOR”
Escribe: ulises Requejo Armas[1]
Hace muchos años, -cuentan nuestros padres
y abuelas- había un arador cajatambino llamado Ceferino, preparaba a los bueyes
para iniciar una jornada de trabajo como de costumbre por la zona llamada Parientana, zona agrícola ubicada a cuarenta
minutos de caminata desde la ciudad de Cajatambo. Ceferino, el “gañan” (arador),
era de mediana estatura, contextura normal,
usaba un sombrero “lagpi”[2],
pantalón de bayeta color blanco, y llanques[3]
en vez de zapatos, todas las mañanas tomaba sus aperos de trabajo, arado, yugo,
reja, hijón[4],
entre otros, además de una alforja con algunos alimentos (la cancha y el
charqui), chicha de jora, un poco de hojas de coca, “yscu puru”[5]
y su cigarro marca Inti; acompañado de su burro viejo llamado “Shapuco” y sus perros llamados “Culto” y “Leal”, juntos con sus dos bueyes llamados “Toreto” y “Tauro”, se dirigían a su pequeña parcela ubicada en la
localidad denominada Parientana, al
llegar y después de chacchar la coca, que sabía amarga, como presagiando lo que
sucedería, amarró a los bueyes, y uno de ellos el más corpulento llamado “Toreto”, violentamente se negaba ser
apareado al arado, por lo que don Ceferino optó por castigarlo con el hijón,
hasta que, según cuentan, cansado y adolorido de tanto castigo, “Toreto” se echó y pronunció: “hoy
no, mañana sí”, muy sorprendido Ceferino,
se quedó aborto, de a poco se atraganta con la bola de coca, pensativo se da
cuenta, que la fecha es uno de mayo,
día del trabajo y entonces día del trabajador también.
Esta
historia, nos hace reflexionar respecto a esta fecha tan importante en que en
el Perú y varios países del mundo celebramos el día Internacional del Trabajo.
La frase “hoy no, mañana sí”, tiene
muchas connotaciones. Dejar para mañana lo que se puede hacer hoy, no
necesariamente es signo de ociosidad, aunque, en general, se considera un mal
hábito, postergar algo que se puede hacer hoy, es un indicio de pérdida de objetivos,
esperar poco de la vida, dejar todo para mañana. Como había dicho, dejar de
hacer algo, no necesariamente es signo de ociosidad, es también, un respiro,
una parada, una reflexión, un “chance”, un descanso, una celebración.
Como
sabemos, en esta fecha se realizan grandes manifestaciones de organizaciones
laborales y de trabajadores independientes, en los que se declaman encendidos
discursos cuyo tema principal es la situación laboral de los trabajadores, que
desde luego no son los mejores. Peor aún, si en los tiempos modernos se va
reemplazando la mano de obra, por equipos mecánicos y tecnológicos.
Nuestro
homenaje, este uno de mayo de 2017 a los trabajadores y trabajadoras
cajatambinos, quienes desde las cinco de la mañana inician sus labores en el
campo, cómo no recordar en esta fecha los términos: “tarpuy”, “charcuy”, “uchupa”, “unya” entre otros que nuestros padres y abuelos nos podrán
explicar, tres fuertes abrazos al trabajador y trabajadora de Cajatambo, Huayto,
Barranca, Ccalamaqui, Huacho, Lima y de todas partes del Perú.
[1]
Abogado-sociólogo, actualmente se desempeña como Fiscal Provincial Penal
Corporativa del Distrito Fiscal de Ventanilla – Callao.
[2] “Lagpi”: Dícese del
sombrero deformado por la humedad ocasionada por las lluvias. Sombrero sin
horma.
[3] “Llanque”:
Se refiere a las llamadas Ojotas, sandalias de jebe, muy utilizada por
los campesinos por la su resistencia.
[4] “Hijón”:
Es un palo largo de aproximadamente seis metros, con punta que utilizan los
aradores para picar a los toros y éstos aceleren la caminata mientras se abren
los surcos del terreno de trabajo.
[5] “Yscu
puru”: recipiente de madera natural que se utiliza para almacenar un poco de
cal, utilizada tradicionalmente por nuestros antepasados en el chancchado de las
hojas de coca.
Este artículo ha sido elaborado para el Informativo Panorama Huayteño de Barranca, dirigido por el maestro Luis Arnaldo Salvador Palacín.
FOTO: Producciones URA.
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